sábado, 18 de noviembre de 2006

Lo políticamente correcto y sus detractores

¿Por qué me encuentro últimamente a tanto reaccionario vestido de políticamente incorrecto?

- Mirusté, yo ej que soy políticamente incorressto, o impolíticamente corressto (he escuchado ambas variantes). Y por eso creo que yastá bien de tanto giliprogre y blablabla.

"Blablabla" sustituye a cualquier bestia negra del habitual discurso contra. Todos somos mayorcitos y leemos la prensa: no es necesario definir el discurso contra. Aburridos estamos de ejemplos cotidianos y bien voceados desde muchos medios de comunicación. Así que "blablabla" lo mismo reemplaza a "¿pero qué es lo que quieren estas feministas?", que a las finísimas observaciones que le dirigían a Pilar Manjón y demás víctimas del 11-M sobre el lugar físico donde podían guardarse a sus muertos.

De acuerdo: a mí también me aburre el habitual "los compañeros y las compañeras". Me cansa. Alarga innecesariamente discursos que, en sí mismos, son inaguantablemente largos, pesados, aburridos. Prescindibles, casi siempre.

Pero, como dice un amigo mío, lo cortés no quita lo pizarro. Que el lehendakari duerma a las ovejas, latxas o no, con sus "los vascos y las vascas" es una cosa. Y que se emplee una supuesta rebeldía contra lo políticamente correcto como coartada para soltar borriquerías, es otro cantar.


Como muestra, un botoncico. Ni es la borriquería más grave, ni su autor es un prohombre. Se trata de un profesor asociado de perfil académico no excesivamente lucido (y esto sí que es lenguaje políticamente correcto) que se dedica, entre otras actividades, a escribir reseñas de libros. Una de sus reseñas sobre un ensayo en torno a los piratas dice literalmente: "(...) o el trato dado a las señoras, políticamente muy incorrecto". Ahora resulta que la violación colectiva es un trato políticamente muy incorrecto. Qué verbo tan florido y gracioso, sí señor. Yo es que me parto la caja. Me viene a la memoria el caso en cuestión, nada relevante, porque no hace mucho tuve el dudoso placer de escuchar al autor de la reseña, y al hombre le gustaba reiterar su pasión por la iconoclastia y la rebeldía.

Venteo en el aire que cada vez hay más facha vestido de limpio al que le gusta presentarse en público como un rebelde iconoclasta y ...

- Mirusté, yo ej que soy políticamente incorrecto.
- No, hombre, no. Usted es incorrecto a secas.

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